Cuentos_ 1°_ Día del logro_"Carlos Wiesse"_2017
NIÑO COSTERO
Era el primer día de clases. Todos los estudiantes
estaban entusiasmados, se bañaron, se cambiaron y fueron muy contentos al
colegio.
Yo salí muy temprano y me encontré con mis
compañeros del año pasado (sexto grado), me encontraba ansioso por conocer mi
aula, y como sería estar en secundaria.
Vino el primer profesor, él nos enseñó solo dos
horas, era el área de tutoría. Las siguientes dos horas llegó el docente de Historia Geografía y Economía. Sonó la
sirena y era recreo, salí al patio y solo observé a los alumnos corriendo,
jugando y comprando en el quiosco. Regresamos al aula y nos tocó
Comunicación y Arte.
Salimos del colegio, todos muy tranquilos directos
a casa, almorcé y estaba conversando con mamá, y de repente las nubes se iban juntando
y tapando al sol, eran de color negras. Todo se nublaba y empezó a caer las primeras gotas de lluvia, luego
más fuerte, ¡más fuerte! Que en segundos mojaba todo.
Mi familia estaba preocupada, no sabía que iba a
suceder, y en eso se escucha el fuerte sonido del río y la gente gritaba:
¡Huayco!, ¡El huayco llegó! Mi casa se sitúa al costado del río y vi cómo se
llevaba animales, árboles y muchas pertencias. Muchas familias lloraban porque
el huayco les agarró de improviso y no pudieron sacar nada de sus casas. Todos
estábamos tristes y solo mirábamos como era la fuerza del agua y cómo se
desbordaba. Llegó la noche y nadie podía dormir.
Y así pasamos cada uno de los días de la semana que vino, tristes y
desconsolados, porque todo estaba destruido.
Ya pasaron
dos meses, ahora estoy tranquilo, pero
con un poco de miedo que se vuelva a
repetir, lo importante es que sigo
estudiando. Lo que vivimos ese 14 de marzo
se le conoce como el fenómeno del niño costero.
(Marco y grupo)
EL CHOLITO POBRE
Había una vez un cholito llamado José, tenía 10
años y vivía en una pequeña casa con su
mamá. Era de familia muy humilde, un día su madre salió a buscar trabajo y nunca regresó. El pequeño quedó
triste y fue en su búsqueda al pueblo y no lo encontró, fue al pueblo vecino,
pero había mucha gente mala y egoísta, y no le ayudaron.
Ya de regreso se encontró con un buen hombre
llamado Pedro, al ver al infante hambriento y sin familia decidió ayudarlo. Lo
llevo a su casa y el niño se quedó a vivir muchos meses ahí.
Cuando José cumplió 12 años, Pedro le tenía una
sorpresa, Le preguntó al infante:
¿Quiéres ser mi hijo? Él respondió inmediatamente ¡Sí! Entonces el hombre dio
lectura a un documento que traía en mano. José muy emocionado le abrazo y le dio las gracias por haberle adoptado.
José ya tenía 18 años y estaba estudiando en la
universidad, la carrera de ingeniería. Finalmente pasaron los años y tuvo su empresa y una casa
muy hermosa en donde vivía feliz con su
padre, su esposa y sus hijos.
(Camila y grupo)
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